jueves, 26 de junio de 2008

FIN

Y Dios, aburrido, miró al mundo y dijo



martes, 17 de junio de 2008

El Amanecer de los Muertos, intro

Colgábamos el otro día la canción 'The Man Comes Around' de Johnny Cash, comentando que se utilizó para la intro del Amanecer de los Muertos -responsable junto con '28 días después' de la revitalización de lo zombie-. El combo de guitarreo más o menos catequista, incluso feliz, con los gritos de la gente y las imágenes de caos y destrucción no tiene precio. Hela aquí.

lunes, 16 de junio de 2008

El incidente


Nuevo intento del director de Sexto Sentido tratando de emularse a si mismo, cosa que no ha conseguido en ninguna de sus películas posteriores.

Lo mejor que se puede decir de El Incidente, es que Shyamalan apenas tiene nada que contar -la historia parece parida en un café con amigos después del inevitable "¿te imaginas si...?" y a pesar de todo filma una cosa bastante entretenida, pero que pasados los primeros diez minutos es incapaz de moverle un pelo del brazo.

Mención a parte merece la actriz Zooey Deschanel, que se pasa toda la película completamente flipada, reaccionando fuera de lugar a cada momento; da la impresión de ir puesta de algo. No hay quien se la crea, y lo primero que te preguntas es si se habrá calzado al propio Shyamalan para conseguir el papel.

Como película apocaliptica El Incidente no pasa del emule y el DVD. A Shyamalan se le ve el cartón; mete sustos y situaciones más o menos siniestras tirando de efectismos muy baratos -lo de la abuela en medio del campo es la risión-, carga con el morbo del suicidio y de la muerte violenta una y otra vez... en fin. Que bueno, pero no.

viernes, 13 de junio de 2008

The Man Comes Around



Esta canción forma parte del Amanecer de los Muertos (el remake); se escucha durante la cabecera de los créditos, mientras al fondo vemos como el mundo se sume en el caos y todo se va yendo rápidamente al garete. Uno de los momentazos de la película, que nunca cansa (ni la película, ni el momentazo).

La letra de la canción -que narra el apocalipsis- aquí.

jueves, 12 de junio de 2008

Soylent Green, o el apocalipsis que nunca fue

Distribuida en España como "Cuando el destino nos alcance", Soylent Green es una película por la que ya ha pasado suficiente tiempo como para considerarla retrofuturista. Sus autores soñaron un futuro -aún no alcanzado; 2022- que nunca será. Este es uno de los grandes atractivos de la película: ver el futuro que otros soñaron -o que pobló sus pesadillas-. En Soylent Green la ciudad de Nueva York ha alcanzado la imposible cifra de 40 millones de habitantes -lo que supondría más del doble de la población actual-, reflejando una de las paranoias apocalipticas presentes en los setenta; la superpoblación.

En el futuro de Soylent Green la comida fresca -ya sea fruta, verdura, carne...- es privilegio de las clases altas; para la masa que atesta la ciudad el Gobierno reparte una galleta seca conocida como Soylent Green, cuyo ingrediente principal son algas marinas.
Los ciudadanos se agolpan en una ciudad superpoblada en la que los rellanos y las escaleras de los edificios están repletos de gente tratando de dormir o de cobijarse. El calor es asfixiante -por el cambio climático- y las libertades han sido recortadas -existe toque de queda, los constantes disturbios se controlan con máquinas excavadoras-. Todos los lujos de la sociedad actual han desaparecido, o son exclusividad de los ricos -el aire acondicionado, el agua corriente-. Ante tal panorama, la eutanasia está a la orden del día, y existe el derecho de decidir la propia muerte de una forma cómoda, indolora y regulada por el Estado.

Sin embargo **SPOILER REVENTADOR** Soylent Green resultará no tener entre sus ingredientes alga alguna -el mar, han ocultado las autoridades, murió hace tiempo-, sino estar compuesto por los cadáveres de los muertos reprocesados en enormes plantas que Charlton Heston -empeñado en distintas aventuras apocalípticas en la época como El Planeta de los Simios o El Último Hombre Vivo- descubrirá para su desesperación. Con este panorama, que nadie espere un final feliz. **FIN DEL SPOILER**

Soylent Green es en definitiva una película que ha envejecido bastante bien, y que puede considerarse de culto. Se hace lenta para el ritmo actual -como casi todas de los 70- y agobiante por momentos -pero esto último era lo que deseaban sus autores-. Por algún motivo -la distopía se explica bien; la gente se agolpa en las ciudades porque en el campo el cambio climático ha acabado con la agricultura de subsistencia y las granjas son fortalezas protegidas por el Estado- el futuro de la película parece haber caducado y no resulta creíble. A pesar de todo, un imprescidible para todo apocalíptico que se precie.

lunes, 9 de junio de 2008

La carretera, de Cormac McCarthy

Es éste uno de los libros más aplastantes con trasfondo apocalíptico que he leído; un cuadro que muestra un mundo en el que todo está muerto. También la esperanza de sobrevivir, de encontrar un oasis donde, al menos, se pueda dormir y alimentarse sin temor a ser asesinado cada noche.

La historia está protagonizada por un padre y su hijo, a los que McCarthy en ningún momento bautiza con nombre alguno. Son el hombre y el chico, dos supervivientes viajando al sur huyendo del frío y la devastación. El otro destacado es el propio mundo; un lugar de tierra quemada , cielos cubiertos por la ceniza, árboles y vegetación muerta, rios negros y vacíos. El libro engancha -algo que no me ocurría hacía mucho tiempo- y se devora en dos tardes.

La carretera parece entrar dentro del clásico apocalipsis nuclear, sin embargo, en ningún momento se cuentan los terribles -e inevitables- efectos de la radiacción, algo que hubiera obligado al autor a desviarse de muchas de las cosas que quería contar. Quizá el desastre tiene otro origen. El ánsia de saber cual, es uno de los elementos que enganchan al lector.

En definitiva, un libro excelente no apto para mentes depresivas o estados de bajón. Por cierto, que Hollywood ya prepara película con Viggo Mortensen como protagonista. Me parece un libro difícil de adaptar al ritmo comercial del cine americano, salvo que se trate de una cinta más o menos independiente. Como curiosidad, y probablemente a causa de haber sido premio Pulitzer y gozar de gran popularidad en USA, Peter Bagge le hace numerosos guiños en su Apocalipsis Friki, sin que esta obra tenga apenas cualquier otra cosa que ver con el libro de McCarthy.

domingo, 8 de junio de 2008

Apocalipsis friki


Peter Bagge se despacha aquí en un escenario clásico; el apocalipsis nuclear. En este caso, los norcoreanos hacen estallar una bomba atómica en la ciudad de Seattle. El ataque pilla a los dos protagonistas de escapada a las montañas.

Apocalipsis Friki es bastante flojo para mi gusto primero porque carece de un elemento principal en toda obra apocalíptica que se precie: el alcance mundial de la destrucción. En este caso da la impresión de que sólo una o dos ciudades han sido atacadas, y por tanto hay esperanza de volver al civilizado mundo anterior una vez termine la cuarentena y si se consigue sobrevivir.

Por lo demás la obra no aporta nada nuevo ni original. El carácter civilizado del urbanita protagonista va desapareciendo conforme las circunstancias van tornándose más y más duras; la ley y el orden no existen, y matar o morir depende de estar mejor armado, preparado o de ser más numeroso. La historia no termina de hacerte reír con su humor negro y tampoco te escandaliza o conmueve; no te hace pensar, no es una cosa seria, ni tampoco de una risa tronchante. Se queda, en definitiva, en medio de la nada.

El final es malo. Muy malo. Seguramente el autor dirá que termina así porque ya ha contado todo lo que quería contar, pero al lector le queda la sensación de que sólo ha comprado la primera parte de la obra, de que hay más capítulos que vendrán. Pero no. Lo leído es todo lo que Peter Bagge tiene para ofrecer en su Apocalipsis Friki.

viernes, 6 de junio de 2008

Coqueteando con el apocalipsis

Un elemento común en las historias apocalípticas es el momento en que todo empezó. Muchas veces empezamos a leer -o a ver- con el apocalipsis ya concluido, presenciando las desventuras de los supervivientes. En algún momento el autor se retrotrae a los momentos previos al desastre, cuando todo era normal.

Hoy ha sido un día de locura en el mundo económico, sobre todo en Europa y muy especialmente en España. El euribor ha dado un salto brutal del 5,12% al 5,41% en un sólo día, y sin que medie una subida de tipos oficial. A menudo, hacen falta meses para que ese diferencial se produzca. A la par y en consecuencia, el precio del petroleo -después de una semana que parecía apuntar a una ligera desaceleración- ha repuntado un exagerado 8% -colocándose el barril Brent a 138 dólares- pulverizando todos los récords históricos. ¿Todo esto por qué? Pues porque los mercados financieros mundiales están peligrosamente recalentados y globalizados, y sobre todo porque el señor Trichet -gobernador del BCE- ha dado prácticamente por segura una subida de tipos entre julio y septiembre. La sensación de muchos economistas es la de que en la cabina de mando no hay nadie, y el volante del avión en el que vamos todos se mueve solo, a bandazos.

Hoy viernes ha habido incidentes en todo el país y el sector del transporte ha convocado una huelga indefinida a partir del lunes, día 9. Ahora es cuando digo que no pasa nada, que no hay que se catastrofista...

¡Pero esto es el blog del apocalipsis! ¡Asi que a joderse! ¡El apocalipsis -quizá- empieza hoy!

jueves, 5 de junio de 2008

Terence McKenna



Terence McKenna es un personaje imprescindible en todo apocalipsis que se precie; es ese tipo alucinado al que nadie hace mucho caso. Cuando lo inevitable -en la forma que sea-, ocurre, todos recurren de pronto a él para comprender -y tratar de evitar- el desastre que llega.


McKenna es, básicamente, lo que nuestras aleladas autoridades definirían como politoxicómano. Durante años se dedicó a investigar, buscar y experimentar con toda droga alucinógena que descubriese. A través de ellas llegó a estados de conciencia superiores de cuyas experiencias ha escrito numerosos libros.


La relación de McKenna con el apocalipsis viene de la mano de su software Timewave Zero. Un cacharro con el que pretendía medir la fluctuación de la "Novedad" (Novelty) -un concepto que define el dinamismo de la vida, la complejidad, la innovación- a lo largo de la historia a través de complejas fórmulas matemáticas. Lo bueno viene cuando el cacharro agarra el 2012 y marca cero patatero. O sea, aquí se acaba la cosa macho.


Mucha gente ha preguntado a McKenna qué ocurrirá entre el 17 y el 21 de diciembre de 2012. McKenna dice que sólo puede especular. No tendría por qué ser el fin del mundo, pero sí un cambio drástico, muy drástico en las costumbres y forma de vida humana.


Seguramente la mayoría verá a Terence McKenna como un fumao de la vida que va puesto de setas todo el día. Por eso, y por sus teorías -apocalípticas por accidente-, es ese tipo genial al que todo el mundo buscará en las navidades de 2012. Lo malo es que palmó el 3 de abril de 2000 a los 53 años. Pase lo que pase, McKenna no podrá decirnos: '¡Veis! ¡Os lo dije!'

miércoles, 4 de junio de 2008

El Pedrolo


Películas como Armageddon o Deep Impact siguen la estela del Pedrolo que chocará con la tierra y nos extinguirá como a los dinosaurios -en realidad no chocará porque nos salvará Bruce Willis-.

Por cierto, que aunque Deep Impact es bastante más coñazo que Armageddon, creo que esta última tiene muchos números de convertirse en el futuro en una pelí de humor, porque las escenas heroico-yankees de Mr.Willis son muy ridículas de tan exageradas:

(En una sala repleta de monitores que reflejan la cara de palo de Bruce Willis haciendo de Bruce Willis)

-¡Papá! -dice la elfa del Señor de los Anillos-.
-Adios hija mía. Te quiero. Voy a salvar el mundo y lo haré a camara lenta diciendo "Yipiyai, hijo de puta".
-Papá, eso es de otra película.
-No te enteras niña, conmigo, todas las películas son LA MISMA PELICULA.

A esto le sigue un rato de TATATACHANBOOOOMMMNOOOOOO!PAPPAAARRLL y aviones que surcan el cielo sobre los supervivientes dejando una estela que forma la bandera de las barras y estrellas (también helicópteros, que no falten helicópteros a velocidad superlenta haciendo SIUSIUSIUSIU con las aspas mientras los protas avancen lentos pero seguros hacia... hacia algún sitio).

Pensándolo bien, que venga el Pedrolo y le de otra oportunidad a los dinosaurios.

(P.D.: pa ver chorradicas, mejor visionar When Worlds Collide, que es más o menos lo mismo pero en retro y da mucha risa)

martes, 3 de junio de 2008

El Apocalipsis energético


Lo que en principio fue cosa de frikis y de cuatro profesionales -también políticos- abducidos por ellos y desprestigiados por sus colegas, se está perfilando en los últimos tiempos como el apocalipsis más probable al que se enfrenta esta civilización. Ni los marcianos, ni el meteorito gigante, ni Godzilla; el petróleo.

Puede tomarse a chufla, pero este apocalipsis ha provocado ya dos guerras -las del Golfo, las primeras Guerras Energéticas modernas, supongo que nadie se traga ya a estas alturas el rollo de Sadam malo, pam, pam- y programas serios como Documentos TV o La Noche Temática le han dedicado ya protagonismo. Existen multitud de científicos debatiendo lo que se llama el fin del petróleo barato -no va a, evidentemente, desaparecer de golpe- y las consecuencias para una sociedad capitalista basada en un crecimiento exponencial insostenible. Todos parecen estar de acuerdo en que las energías renovables no serán suficientes para sustituir el oro negro.

Por supuesto, existe el pensamiento tranquilizador de que la tecnología evolucionará adaptándose al progresivo agotamiento del petróleo; es decir, lo sustituiremos por otra cosa. Los más optimistas pueden pensar incluso que esa tecnología ya existe y está en manos de las multinacionales petroleras.

Pero como eso no tiene gracia ninguna, y esto es un blog sobre el apocalipsis, cuando volvamos sobre el tema seremos tan catastrofistas como podamos. Avisaos quedáis.

lunes, 2 de junio de 2008

Amanecer Zombie

Si hay que elegir, sin duda mi apocalipsis favorito es el protagonizado por el Amanecer Zombie. Recuerdo haber visto el Dawn of the Dead de Romero -El Amanecer de los Muertos, 1978- rescatada en la 2 durante una de esas noches tontorronas de paro o fin de semana casero. Cuando apareció el remake fui al cine a verlo y disfruté como un cochino durante toda la película y especialmente con el final. Por cierto, que el DVD -por una vez y sin que sirva de precedente- tiene unos extras que valen la pena. Sobre todo la emisión de los informativos conforme la infección zombie se va apoderando del planeta. No perdérselo.

En los últimos años se ha vivido una revitalización de lo zombie gracias, en gran parte, al nuevo invento de convertir a los habituales y lentos zombies en maniacos rabiosos que corren como bestias. Sin embargo, el afán de ganar pasta a toda costa y como sea de Hollywood se ha cargado una de los mejores y más terrorificos momentos del Amanecer Zombie; ése en que finalmente te pillan y te canibalizan horriblemente.

Todos saben que el exceso de sangre y chichorros, el gore, reduce público y califica la película negativamente en los USA. Como todo es puto marketing ahora los zombies te pillan, te dan un beso en la mejilla y te matan piadosamente. No tanto, quizá, pero la matacía queda oculta a la cámara y al espectador. Inaceptable.

Dentro de nuevo Amanecer Zombie son imprescindibles el Amanecer de los Muertos, 28 días después y su secuela 28 semanas después -no son zombies, son infectados, bla, bla, más de lo mismo-. La Tierra de los Muertos -del propio Romero- es una puta mierda completamente prescindible, lo mismo que Planet Terror -aunque si tuviera que salvar una, lo haría con esta última; al menos es cachonda-. De la saga Resident Evil se puede salvar la primera -pero estas son películas que sólo se asoman a lo zombie- y prender fuego al resto. Para reírse va bien Shaun of the Dead -comedia pero británica, o sea, que lo es un poco menos-. Creo que por estos lares puede encontrarse fantásticamente traducida como Zombie Party.

Si se escarba en el género zombie pueden hallarse numerosas críticas a la sociedad alienada y borderline. Detrás del simple zombie, hay mucho más. Para entretenerse, y como curiosidad, se editó un juego de tablero sobre el Dawn of the Dead original. Se puede descargar aquí.

viernes, 30 de mayo de 2008

Basil Wolverton

Horror apocalíptico mezcla retrofuturista y rollo Historias de la Cripta. Una maravilla que influyó muy mucho en el comic underground yankee de los 60/70 -el cual lo hizo posteriormente en el de los 80, bla, bla, bla- y que descubrí de mano del gran Lord Ausente.

Wolverton destruye el mundo de distintas formas y lo destruye definitivamente. En sus cataclismos cósmicos no quedan supervivientes, y a menudo la historia termina con el protagonista acostado sobre la tierra quemada en un marco de ciudad en ruinas a medio tragar por arena post apocaliptica, o afrontando a los restos de una humanidad embrutecida, reducida a una especie de pseudo gorilas salvajes una vez perdido todo rastro de civilización. Otras veces nada; sólo huesos, algún esqueleto a punto de enterrarse en un planeta oscuro, sin atmósfera.

Pero Wolverton no escribe sólo sobre el apocalipsis. Sus historias están cargadas de antibelicismo -en pleno estreno de la Guerra Fría-; el hombre termina destruyendose a sí mismo por su vileza, estupidez, o las dos cosas. En ocasiones un superviviente regresa al planeta -como le ocurriría luego a Charlton Heston en el Planeta de los Simios- y se lamenta, incrédulo, de lo que han terminado por hacer sus congéneres.





Hay mucha ciencia ficción en la obra de Wolverton, y también mucha historia fantástica con su carga de moralina; los malvados -que no se redimen aunque tengan la oportunidad-, los que se dejan seducir por el lado oscuro, perecen siempre. Los virtuosos sobreviven -no siempre, esto es terror-. Muy naif, sí, pero eran los cincuenta y, como ahora, era lo que la gente quería leer (y creer).

jueves, 29 de mayo de 2008

La bicha gigante, o Cloverfield



Un día una Bicha gigantesca surgirá del mar y se comerá la ciudad en la que vives, para empezar. Luego tendrá crías y seguirá con el resto del mundo. Fin de la historia. Los humanos nos esconderemos en cuevas y les serviremos de alimento.

Ahora mismo, la mejor versión en cine que puedes disfrutar sobre este apocalipsis es Cloverfield -o Monstruoso-. Olvídate de Godzilla; es un cuarentón de los setenta, una lagartija gigante sobrecrecida por la radiacción sin interés ninguno.

La bicha de Cloverfield es magnífica, genial. Puedes preguntarte si fue invocada por un grupo de adoradores de Cthulhu, si viene del espacio -accidentalemente, con toda intención, o enviada por marcianos cabrones-, de las profundidades abisales o de algún laboratorio secreto en medio del Pacífico. Tiene unos servidores pequeñajos e hijoputas capaces de infectarte con un solo mordisco -y si lo hacen date por jodido-, y lo aguanta todo y todo.

Si te gusta el apocalipsis y no te marea la cámara en primera persona, tienes que ver Cloverfield. Y si puede ser en la pantalla gigante de tus suegros pastosos, mejor.

El discreto encanto del apocalipsis

El apocalipsis va a llegar. No es que lo predijera Fernando Savater -que estaba pedo y hablaba del mineralismo, sea lo que sea-, pero en los últimos tiempos hay una fascinación creciente por el fin del mundo y la destrucción de esta sociedad decadente y bobochorrona en la que vivimos.

El Euribor sube, los Mass Media nos bombardean todos los días con la anunciación de la Madre de Todas las Crisis y Hollywood saca cada año distintas versiones de lo mismo; la destrucción del mundo o, al menos, de la civilización actual y la sociedad occidentoconsumista.
Por qué nos gusta tanto el fin del mundo y por qué hay tanta gente -generalmente los más desfavorecidos- deseando que cabalguen los cuatro jinetes, es carne de psicólogo. Quizá el inconformismo, el deseo de cambio, de que el mundo pueda, finalmente, convertirse en un lugar más justo. Y para hacer una tortilla, hay que romper los huevos.
Este blog va del apocalipsis en el cine, en los comics y en la realidad. Sera una lista de obras con las que disfrutar del fin del mundo -o similares- antes de que llegue y nos mande a todos a tomar viento.